Tratamientos del Mosaico hidráulico nuevo
Los suelos hidráulicos necesitan de un tratamiento para sellar el poro de las baldosas, repeliendo cualquier posible mancha que se pudiese derramar.
Este proceso permite que el pavimento respire, pero no que absorba manchas de aceite, agua, etc.
El tratamiento debe aplicarse sobre un suelo perfectamente limpio y seco del cemento-cola de la baldosa hidráulica, para que se evapore toda la humedad del mismo, ya que si no aparecerán manchas de humedad depositadas en la capa intermedia de las baldosa hidráulicas.
El tratamiento que realizamos esta ordenado por las siguientes etapas:
– Pequeño fregado-lijado de la baldosa mediante pulidora provista de platos de diferente granulado de abrasión y gel de partículas en grano. Todo ello para conseguir un suelo limpio, suave al tacto y exento de exceso de pigmentos en el cemento.
– Acabado elegido (mate, satinado, brillo) con fluorsilicato de aluminio y pads suaves de nylon mediante maquinaria rotativa de baja velocidad, permitiéndonos dar un acabado excelente sin formar capas, como en el caso de barnices, ceras y otros productos del mercado.
Ahora es cuando apreciamos las subidas de los tonos del mosaico hidráulico, así como un efecto esmaltado y de dureza.
– Estas etapas nos dejan un suelo bastante menos poroso que nuevo, pero no del todo. Por lo que a lo último se le aplica las manos optimas de impermeabilizante, sin que nos modifique nada de lo anteriormente conseguido, ni forme capa alguna. Trascurridas 8 horas después de su aplicación (dependiendo de la climatología del lugar) el mosaico hidráulico se puede pisar, y después de 24 horas fregar con total normalidad.
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